viernes, 22 de octubre de 2010

Promesas.-

Y aunque, a veces, el tiempo no alcanza para sentarme a redactar cada uno de mis suspiros, siempre un viernes en la tarde le da la bienvenida a mi catarsis de la semana.
Cada día aparecía un nuevo título, un motivo para sentarme a escribir… un pensamiento, una conclusión… y entonces llegué a aquello de las promesas.

En la vida he hecho muy pocas promesas, ¿por qué? No puedo cumplirlas. Siempre aparece algo en el camino que me hace cambiar de opinión, y ha sido para mejor… el problema es que, creo que, tampoco me he cumplido más de una promesa a mi misma. Es decepcionante, e incluso, preocupante… y es que, tal vez, aún no he tenido nada que me mueva a querer luchar y esforzarme hasta las lágrimas… no aún… pero la esperanza no la pierdo. Sin embargo, no deja de hacerme ruido que en todos estos años no haya anhelado algo, de tal manera, que me hiciera cumplir una promesa.
 
Promesas… cuántos hay cómo yo? Cuántas promesas sin cumplir rondan el universo… cuántos daños?  Haz como yo. No prometas cosas que sabes no cumplirás…
Pero, ¿qué es más egoísta? No esforzarse ni un poco y no prometer nada  o prometer sabiendo que no cumplirás y decepcionar al resto al final? 

No hay comentarios:

Publicar un comentario